El otro día vi el nuevo anuncio
de BBVA cuya campaña es Yo soy empleo y me pareció oportuno escribir acerca de
ello.
Describo el anuncio. Al comienzo,
aparece un grupo bastante generoso de personas quienes por diversas
circunstancias que nos son ajenas, acaban en una plaza de Sevilla, la Plaza de
la Encarnación, y miran algo que les resulta simpático con cara de estar
interesados. Ese algo es un panel de cristal que el grupo BBVA ha ubicado en el
centro de la plaza con motivo de que los individuos que pasen por allí, sin
otro que hacer, coloquen en dicho panel una serie de palabras que también los
propios organizadores han puesto a su disposición. El objetivo de la actividad
reside en que esas personas mediante las palabras que, repito, ellos mismos han
ofrecido a los “participantes” del juego (sin dar la posibilidad de que nadie
aporte su opinión en el caso de que no se encuentre entre esas palabras), es
responder a la pregunta: ¿en qué piensas cuando piensas en empleo?
Vale, hasta aquí todo correcto.
El problema llega cuando comienzan a enfocar más de cerca las palabras. Bueno,
antes de nada no me parece acertada la manera de buscar respuesta a la pregunta
que plantean. Más que nada porque no permiten dar una opinión de verdad, pues
la limitan a una serie de cartelitos que ellos mismos se han molestado en
diseñar. Cartelitos que, si nos damos cuenta, no incluyen ni una sola palabra
que dé una denotación negativa al empleo. Por lo que si querían una opinión, al
menos sincera por parte de los trabajadores (aunque claro eso es precisamente
de lo que ellos huyen), no deberían restringirla. ¿Tan difícil era poner una
pizarrita y un rotulador para que cada uno escribiese lo que de verdad piensa?
Ilusión, responsabilidad,
desarrollo, tranquilidad, confianza, esperanza, impulso, necesidad, estabilidad,
futuro, crecimiento, familia, felicidad, autoestima, oportunidad, satisfacción,
cambio, éxito, talento... Estas son algunas de las palabras que, según los del
BBVA, se corresponden con el significado de trabajo.
¿De verdad nos tenemos que creer
que trabajo es familia? Familia es algo por lo que matas, a lo que recurres en
tus momentos malos y algo que sabes que está ahí porque sí, sin querer sacar
beneficio alguno de ti. Familia es eso que en muchas ocasiones el trabajo te
impide formar, por lo que no, amigos, trabajo no es familia. Otras palabras que
aparecen, como autoestima o talento (¿!?¡¿!?), son las que ellos realmente
quieren que asociemos con empleo, pues pretenden que pensemos que el trabajo lo
es todo y que si no trabajas para ellos no solo caes en una grandísima
depresión quedando tu autoestima por los suelos, sino que además no tienes
talento. Y con esto último básicamente nos están diciendo que: quien trabaja
tiene talento y quien tiene talento indudablemente trabaja, es decir, que la
cantidad de políticos sin estudios, con familiares en el mismo mundillo, que
disfrutan encantados con sus puestos de trabajo, no están ahí por enchufe sino
por talento; y que el motivo de que los miles de arquitectos, pescadores,
periodistas o albañiles, entre muchísimos otros, estén en paro no es más que
ese, la falta de talento. Menuda hipocresía.
Éxito también se encuentra entre
esas palabras que, según el BBVA, definen al empleo, por lo tanto, nos venden
que triunfar en la vida es solo posible gracias a un buen trabajo o lo que
ellos consideran buen trabajo.
Por otro lado, la única palabra
de las que aparecen que considero sí definen algo más al trabajo es
“necesidad”. Realmente necesitamos el empleo, pero no por realizarnos (porque
en los empleos que se nos ofrecen no nos reconocemos) sino porque en este
sistema en el que nos encontramos, necesitamos trabajar, agachar la cabeza y
ser una pieza más de la maquinaria, esperando resignados a que nos den el
salario mínimo que necesitamos para sobrevivir.
Pero la historia no termina aquí.
El lema de la campaña se llama “Yo soy empleo”. Como comenté en el artículo
anterior, esto es un concepto totalmente capitalista que pretende identificar a
las personas con su oficio, con su función dentro del sistema. En resumidas
cuentas, si cada uno de nosotros somos empleo, debemos deducir que sin trabajo
no somos nada. Algo que no es así, pero que indudablemente ellos no conciben.
Incluso teniendo un trabajo en el que realmente yo me reconociese e hiciese por
gusto, me negaría a aceptar que todo mi ser fuese reducido a mi empleo; porque
me niego a aceptar que únicamente soy lo que hago, ya sea por mí o para ellos.
Y es que me resulta penoso que quieran
hacernos creer que el empleo que nos ofrecen dista a pocos centímetros del
paraíso y que ofrezcan ayuda a las clases trabajadoras solo porque el trabajo duro
de las mismas les proporcionará más beneficios a ellos. Pues una parte del sueldo
de los trabajadores no es utilizado más que para aumentar el capital del
propietario, en lugar de ser destinado a satisfacer las necesidades de la
comunidad que tantas calumnias soporta. Porque
cuanta más gente esté trabajando, más capital para sus bolsillos y cuanta más
gente crea que este es el sistema que nos merecemos, más posibilidades les
estaremos dando para que lo confirmen. Así que, que anuncien, que anuncien y nos
coman la cabeza... que ya mismo anunciarán nuestra aniquilación y seguiremos
con las narices pegadas a la televisión como si nada.
Estupenda radiografía de la realidad. Piensa, sin embargo, que es una radiografía del trabajo alienado y alienante, ese a través del cual se explota a la gente. Un detalle: incluye directamente el vídeo en lugar de simplemente el enlace. Blogger tiene una herramienta para ello (icono claqueta)
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