martes, 19 de mayo de 2015

Yo NO soy empleo

El otro día vi el nuevo anuncio de BBVA cuya campaña es Yo soy empleo y me pareció oportuno escribir acerca de ello.



Describo el anuncio. Al comienzo, aparece un grupo bastante generoso de personas quienes por diversas circunstancias que nos son ajenas, acaban en una plaza de Sevilla, la Plaza de la Encarnación, y miran algo que les resulta simpático con cara de estar interesados. Ese algo es un panel de cristal que el grupo BBVA ha ubicado en el centro de la plaza con motivo de que los individuos que pasen por allí, sin otro que hacer, coloquen en dicho panel una serie de palabras que también los propios organizadores han puesto a su disposición. El objetivo de la actividad reside en que esas personas mediante las palabras que, repito, ellos mismos han ofrecido a los “participantes” del juego (sin dar la posibilidad de que nadie aporte su opinión en el caso de que no se encuentre entre esas palabras), es responder a la pregunta: ¿en qué piensas cuando piensas en empleo?

Vale, hasta aquí todo correcto. El problema llega cuando comienzan a enfocar más de cerca las palabras. Bueno, antes de nada no me parece acertada la manera de buscar respuesta a la pregunta que plantean. Más que nada porque no permiten dar una opinión de verdad, pues la limitan a una serie de cartelitos que ellos mismos se han molestado en diseñar. Cartelitos que, si nos damos cuenta, no incluyen ni una sola palabra que dé una denotación negativa al empleo. Por lo que si querían una opinión, al menos sincera por parte de los trabajadores (aunque claro eso es precisamente de lo que ellos huyen), no deberían restringirla. ¿Tan difícil era poner una pizarrita y un rotulador para que cada uno escribiese lo que de verdad piensa?

Ilusión, responsabilidad, desarrollo, tranquilidad, confianza, esperanza, impulso, necesidad, estabilidad, futuro, crecimiento, familia, felicidad, autoestima, oportunidad, satisfacción, cambio, éxito, talento... Estas son algunas de las palabras que, según los del BBVA, se corresponden con el significado de trabajo.

¿De verdad nos tenemos que creer que trabajo es familia? Familia es algo por lo que matas, a lo que recurres en tus momentos malos y algo que sabes que está ahí porque sí, sin querer sacar beneficio alguno de ti. Familia es eso que en muchas ocasiones el trabajo te impide formar, por lo que no, amigos, trabajo no es familia. Otras palabras que aparecen, como autoestima o talento (¿!?¡¿!?), son las que ellos realmente quieren que asociemos con empleo, pues pretenden que pensemos que el trabajo lo es todo y que si no trabajas para ellos no solo caes en una grandísima depresión quedando tu autoestima por los suelos, sino que además no tienes talento. Y con esto último básicamente nos están diciendo que: quien trabaja tiene talento y quien tiene talento indudablemente trabaja, es decir, que la cantidad de políticos sin estudios, con familiares en el mismo mundillo, que disfrutan encantados con sus puestos de trabajo, no están ahí por enchufe sino por talento; y que el motivo de que los miles de arquitectos, pescadores, periodistas o albañiles, entre muchísimos otros, estén en paro no es más que ese, la falta de talento. Menuda hipocresía.
Éxito también se encuentra entre esas palabras que, según el BBVA, definen al empleo, por lo tanto, nos venden que triunfar en la vida es solo posible gracias a un buen trabajo o lo que ellos consideran buen trabajo.
Por otro lado, la única palabra de las que aparecen que considero sí definen algo más al trabajo es “necesidad”. Realmente necesitamos el empleo, pero no por realizarnos (porque en los empleos que se nos ofrecen no nos reconocemos) sino porque en este sistema en el que nos encontramos, necesitamos trabajar, agachar la cabeza y ser una pieza más de la maquinaria, esperando resignados a que nos den el salario mínimo que necesitamos para sobrevivir.

Pero la historia no termina aquí. El lema de la campaña se llama “Yo soy empleo”. Como comenté en el artículo anterior, esto es un concepto totalmente capitalista que pretende identificar a las personas con su oficio, con su función dentro del sistema. En resumidas cuentas, si cada uno de nosotros somos empleo, debemos deducir que sin trabajo no somos nada. Algo que no es así, pero que indudablemente ellos no conciben. Incluso teniendo un trabajo en el que realmente yo me reconociese e hiciese por gusto, me negaría a aceptar que todo mi ser fuese reducido a mi empleo; porque me niego a aceptar que únicamente soy lo que hago, ya sea por mí o para ellos.


Y es que me resulta penoso que quieran hacernos creer que el empleo que nos ofrecen dista a pocos centímetros del paraíso y que ofrezcan ayuda a las clases trabajadoras solo porque el trabajo duro de las mismas les proporcionará más beneficios a ellos. Pues una parte del sueldo de los trabajadores no es utilizado más que para aumentar el capital del propietario, en lugar de ser destinado a satisfacer las necesidades de la comunidad que tantas calumnias soporta.  Porque cuanta más gente esté trabajando, más capital para sus bolsillos y cuanta más gente crea que este es el sistema que nos merecemos, más posibilidades les estaremos dando para que lo confirmen. Así que, que anuncien, que anuncien y nos coman la cabeza... que ya mismo anunciarán nuestra aniquilación y seguiremos con las narices pegadas a la televisión como si nada.

1 comentario:

  1. Estupenda radiografía de la realidad. Piensa, sin embargo, que es una radiografía del trabajo alienado y alienante, ese a través del cual se explota a la gente. Un detalle: incluye directamente el vídeo en lugar de simplemente el enlace. Blogger tiene una herramienta para ello (icono claqueta)

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