miércoles, 26 de noviembre de 2014

Estos son mis principios; si no le gustan tengo otros. Los sofistas y el relativismo moral


El relativismo nació en Grecia con los sofistas (Siglo V a. C.), especialmente con Protágoras. El relativismo moral consiste en afirmar que los principios de lo justo y lo bueno solo podemos encontrarlos en el interior de cada grupo determinado y solo valen para él. Esto se debe a que cada grupo posee sus tradiciones y costumbres, de modo que la idea de lo que supone lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto son siempre relativos a los miembros pertenecientes a dicho círculo lo que propiciaba la imposibilidad de un acuerdo entre grupos diferentes.







La consecuencia inmediata de esta doctrina es que ninguna actuación puede ser considerada "buena" o "mala" en sí misma. Todo depende del "parecer" o de la "opinión" (dóxa) de los sujetos particulares. Los individuos juzgan sobre lo bueno y lo malo en función de su modo de ser, de sus intereses o del proyecto que se traen entre manos.


Para el pensamiento sofista la verdad depende del sujeto, de la interpretación y visión de cada persona. El bien y el mal, lo verdadero y lo falso, dependen de la perspectiva personal con la que se valora algún hecho o situación.



Estos principios me sugieren que carecen de carácter ético, pues este tipo de filosofía que se adapta a cada ser de manera individual, a mi parecer no lleva sino al caos de la población en su conjunto.


Considero que una sociedad justa no debería seguir estos principios, sino que necesita unas normas básicas por las cuales regirse. La sociedad debe de asegurar el respeto a una serie de principios elementales y que objetivamente vienen a preservar la dignidad humana.




1 comentario:

  1. Es de agradecer tu apuesta por crear, por construir un discurso propio. Resulta interesante y sugerente

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